Algo que decir
Por su propia naturaleza, Dios es expresivo y comunicativo. El ha hablado, no solo de forma general a través del mundo que hizo, si no también de una manera mucho más rica en contenido. Nos ha dicho quién es, cómo es, cómo son sus planes y cómo nos involucran. Nos ha dicho acerca de nosotros – de dónde venimos, que estamos haciendo aquí y que podemos esperar del futuro. Y lo ha hecho en la Biblia.
El único e irrepetible
La Biblia es un libro absolutamente único entre la literatura del mundo; simplemente no hay otro libro que se le asemeje. Es uno de un puñado de libros en el mundo que han aclamado ser la palabra de Dios, pero se posiciona lejos del resto por su historial y características únicas. Mas de ocho mil veces, la Biblia informa a sus lectores que está grabando las palabras de Dios mismo, no solo educándonos, si no también explicándonos las acciones de Dios a través de la historia y Su asombroso plan para el futuro. Tiene notables credenciales para respaldar estas reclamaciones, tal como un set completo de predicciones específicas y detalladas de eventos, hechas muchos años antes pero que eventualmente sucedieron. Estas profecías que detallan algunas de las interacciones de Dios en la historia humana están en un nivel completamente distinto en cuanto a sus especificaciones y poder predictivo cuando se comparan con otras supuestas “profecías” como las vagas anotaciones de Nostradamus, por ejemplo.
Una muestra de algunas de estas credenciales únicas de la Biblia (para incluir algunos otros detalles en las profecías de la Biblia) se dan en Apéndice 1 (página 130).
Las buenas noticias que surgen de esto es que ahora tenemos una autoridad a la cual acudir. Dios no nos ha dejado a obscuras con estas grandes preguntas de la vida; no necesitamos especular ni dimitir de manera derrotista ante la posibilidad de que nunca sabremos. Ni aceptar la trivial pero obvia mentira de que toda verdad es relativa – que hay “muchas verdades” o “muchos caminos para el mismo destino” (¿cómo puede ser esto cuando esos caminos claramente se contradicen entre ellos?).
5En contraste, Dios ha hablado fuerte y claro, tal y como hubiéramos esperado que lo hiciera – y lo ha hecho en las páginas de la Biblia. Esto no significa que no haya desacuerdos sobre lo que la Biblia dice; claramente necesita ser interpretada. Pero para cualquiera que lea la Biblia con una mente abierta, libre de perjuicios y preconcepciones, surgirá un mensaje sorprendentemente claro y liberador.
El problema con los expertos
Sin esto estaríamos todos a la deriva porque nos veríamos obligados a escuchar “expertos” humanos falibles. Incluso para preguntas relativamente mundanas como la salud y dieta diarias en donde hay tantas voces contradictorias que terminamos desconcertados y confundidos. Un estudio nos dice que el vino tinto es bueno para nosotros, el próximo mes otro estudio sale diciendo que no lo es. ¿Cómo podemos saber a la segura?
Podemos volcarnos en la ciencia, especialmente debido a su excelente historial en el entendimiento de como funciona el mundo, combatiendo enfermedades, enviando gente a la luna y de más. No pero no es dominio de la ciencia el decirnos como vivir, ni enseñarnos acerca de Dios (aunque hay muchos científicos que creen en El y su investigación apoya sus creencias). La ciencia puede decirnos muchas cosas sobre como o por que el mundo se originó; puede ofrecer notables percepciones sobre nuestro alrededor y como funcionan las cosas. Pero no puede ni comenzar a decirnos por que hay un mundo, y para que es. No nos dice nada sobre como deberíamos vivir y por que. Ese simplemente no es su cometido.
Los políticos no van a ayudarnos con nuestras grandes preguntas tampoco, y ¿qué hay de expertos como los sociólogos, psicólogos, filósofos o lideres religiosos? Mientras que ciertamente puede que tengan cosas fascinantes por decir, al final resulta que solo pueden ofrecer hasta cierto punto.
A veces sus respuestas son poco inspiradoras o insatisfactorias, pero hay un problema incluso mayor y es que sus respuestas son simplemente contradictorias – ¿cómo podemos saber a quién creerle? Ante este dilema ¿qué se supone que hagamos – simplemente elegir la respuesta que más nos gusta o la que nos suena correcta? La simple idea es una burla de que haya alguna respuesta real o una verdad absoluta. Es más, nuestra confianza ha sido violada demasiadas veces por aquellos que hacen afirmaciones, pero sus vidas personales contradicen su mensaje. Hemos visto demasiada hipocresía de políticos, lideres religiosos y “expertos” de uno u otro tipo haciendo difícil confiar en cualquier ser humano respecto a estas preguntas.
En contraste a todas estas alternativas, la habilidad de ir a la Fuente de todo – el Dios de los cielos mismo a través de las páginas de su palabra, la Biblia – es una tremenda y tranquilizadora oportunidad. Ningún ser humano, sin importar lo bien educado, sofisticado o culto, tiene el derecho de decir autoritariamente de que trata el mundo, cuando incluso la persona mejor informada es falible y puede saber solo una pequeña fracción de todo lo que hay por conocer. Como el conocimiento de todo tipo continúa creciendo exponencialmente hay más y más especialistas en áreas esotéricas, pero se vuelve más y más difícil juntar todo y ver el cuadro completo. ¿Quién está realmente calificado para hablar acerca de la razón de ser de todo? Seguramente solo El que lo trajo a la existencia en primer lugar.
Liberando la máscara
Iniciamos un artículo anterior citando una canción de Queen. Aquí hay otra que junta algunas de las cosas que hemos venido discutiendo y expone una nueva pregunta:
“Si hay un Dios o cualquier clase de justicia bajo el cielo
Si hay un punto, si hay una razón para vivir o morir
Si hay una respuesta a las preguntas que hemos nacido para preguntar
Muéstrate a ti mismo – destruye tus miedos – libera tu máscara.”
Dios nos ha dicho que hay una razón; que hay un punto. Pero lo no encontraremos mirándonos el ombligo, escuchando a políticos, psicólogos, científicos u otros “expertos”.
Hay una respuesta a las preguntas que nos sentimos atados a preguntar. Aunque puede ser difícil escucharlo en medio de todo nuestro ruido y ese diluvio de información en el que pensamos en el capítulo uno, el hecho es que Dios no es silencioso, y no está usando una máscara. El tiene la respuesta y nos ha dicho cuál es. Ahora echemos un vistazo más cercano solo a lo que Dios tiene para decir con Su mensaje único grabado en la Biblia como nuestra guía.